jueves, 11 de abril de 2013

Picasso y sus autorretratos



      Picasso hizo muchos autorretratos en su vida. Le sirvieron a Picasso para dejar testimonio de hechos biográficos: cada uno de ellos es el espejo de un sentimiento, de las preocupaciones del artista... Reflejan las inclinaciones y las búsquedas del pintor a la hora de pintar. En la pintura de Picasso, no tenemos que entender el autorretrato como representación de sí mismo en sentido estricto. En realidad, Picasso está inmerso totalmente en su obra, bajo otros rasgos, o formas. El propio pintor afirmó "Je veux dévoiler au spectateur quelque chose qu'il ne peut découvrir sans moi". Picasso uso del autorretrato como laboratorio de sus experimentaciones formales. El malagueño, en el año 1907, había realizado la mayoría de sus autorretratos, casi todos, de corte más o menos clásicos. Es mas tarde cuando sus autorretratos van a traducir formas pictóricas más “picassianas” y abstractas.
 
      He elegido cuatro autorretratos que enseñaban la evolución del arte del artista, la evolución de sus investigaciones y su modo de enfrentarse a la vida.
 
En el orden siguiente:
-          Autorretrato, Picasso, 1901, Musée Picasso, Paris.
-          Autorretrato a la paleta, Picasso, 1906, Museum of art of Philadelphia.
-          L’artiste devant sa toile, Picasso, 1938, Musée Picasso, Paris.
-          Autorretrato ante la muerte, Picasso, 1972, Tokio.

   
    Este cuadro fue realizado durante el periodo azul. Obsesionado por la muerte de su amigo Casagemas, el propio Picasso dijo "C'est en pensant à Casagemas que je me suis mis à peindre en bleu". Entonces, el color y la técnica fueron elegidos para ilustrar la muerte, el dolor y la impotencia del pintor frente a los acontecimientos de la vida.
      El cuadro se fija en los sentimientos del artista. No busca ser fiel a su físico. Es un hombre prematuramente envejecido, agobiado por la miseria y los tormentos de la vida. La atmosfera tranquila y triste que libera la obra esta destacada por la utilización de las líneas verticales que expresan un sentimiento de inmovilidad. Tal como una máscara (Picasso no se parece para nada), el autorretrato manifiesta la angustia del pintor. Picasso formula una verdad universal a través de este autorretrato: los sentimientos influencian mucho nuestra manera de ver las cosas, y de llevar nuestra vida.  
 

 
     Este autorretrato enseña que Picasso deja estar anímicamente diferente a su periodo anterior. No expresa más sus sentimientos. Es una nueva manera aprender la realidad. Se basa  en el trabajo de Paul Cézanne el cual había visto sus obras en Paris. Lo que importa a Picasso ahora en este cuadro es la forma y no más el color y el tema. Es una búsqueda plástica por parte de Picasso.
         Se pintó como un obrero. No se consideraba como un intelectual. La manera es clásica para un autorretrato pero la técnica es innovadora. Es la construcción del cuadro según los volúmenes. Observamos aquí la influencia de las artes primitivas que Picasso había visto en el Museo del Hombre en Paris. El rostro anguloso empieza a parecerse cada vez más a una máscara. Este autorretrato anuncia lo que será el cubismo un año después.
 
 
     Picasso cuando pintó L’artiste devant sa toile  tenía 57 años. Su arte pasa por diferentes estilos (figurativo, abstracto….). Es un autorretrato que se aleja mucho más de la figuración clásica de los autorretratos anteriores. Es una nueva representación del artista, una representación descompuesta e inacabada.
     El rostro mezcla la vista de frente y la vista de perfil. Muestra los recibos del cubismo pintando varios puntos de vista. El brazo derecho está totalmente desproporcionado y como pegado al cuerpo. Podemos ver numerosas huellas de engomado lo que remite a una imagen muy imprecisa (hecho al carboncillo). Quizás podemos ver en el acercamiento de los ojos una cierta dramatización que puede reflejar las inquietudes del pintor frente la subida del nazismo en vísperas de la Segunda Guerra Mundial. Es un autorretrato experimental que refleja sus experimentaciones de la época que son una búsqueda plástica incesante. La fragmentación de la figuración y los trazos del dibujo muestran la nueva forma de representación del “yo” por parte del malagueño.
 


     El último autorretrato que he elegido es el último que pintó Picasso. Este concierna directamente al pintor. Es el artista mirando su vida pasada y su próxima muerte. Es como la representación hipnótica del rostro/máscara mortuoria de Picasso, una alegoría de la muerte y la expresión universal del miedo del hombre ante la muerte. Es un físico traicionado por los estragos de la vida, la visión de la propia decrepitud del artista. Picasso, aquí, busca a enseñar la debilitación del cuerpo y la inminencia de su óbito (particularmente, se ve a través la progresiva desaparición de los trazos hasta la izquierda, es la desaparición del cuerpo). Provocador hasta el fin, el pintor quiere proyectar un sentimiento de terror y vulnerabilidad usando su propia imagen. La mirada es turbadora y desgarradora. Aquí, finalmente, Picasso revela su fragilidad. Quizás, es la primera vez que vemos el auténtico rostro de Picasso.

 
     Con sus numerosos autorretratos, Picasso nos transporta en su mundo a través de sus diferentes búsquedas, experimentaciones y sentimientos. Reconocer al pintor no se hace fácilmente. Es la investigación y el estado de ánimo que son lo más importante. Son interesantes porque reflejan cada estilo distinto que experimenta el pintor. A través ellos, podemos observar su doble evolución: artística y emocional. Cada uno de ellos lleva algo nuevo a su biografía personal.
 
 
 
Para profundizar más, os dejo algunos enlaces y dos manuales:
 
 
 
 
Anne Baldassari, Dominique Dupis-Labbé, Colette Giraudon, Brigitte Léal, Hélène Seckel, L’ABCdaire de Picasso, Flammarion, Paris, 1996.
 
John Finley, Le Monde de Picasso, Larousse, 2011.

 

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